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Un asunto familiar

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Estaba todo oscuro, sentía salada mi boca y escuchaba un constante goteo y movimiento de agua, sentía que los oídos iban a derramar sangre del dolor, comencé a sentir una respiración a mi costado “todavía no” dijo y me hizo tragar algo blando y salado, más salado que el sabor de mi boca, al tragarlo empecé a quedar dormido de nuevo “es muy temprano, mejor a la noche.”

“Despierta” me dijo y me di cuenta que estaba dentro de una cueva recostado en una piedra la cual estaba rodeada de agua salada no veía salida pero habían antorchas con chimeneas y estaba esa cosa, solamente asomaba su cabeza fuera del agua, tenía un aspecto escamoso y solamente tenía pelo en las pestañas, era  lampiño.

Le pregunte qué quien era, sonrió y me dijo que era un tritón y mi captura no era más que un asunto familiar, le pregunte si me iba a matar y me dijo que no, que incluso me había estado dando una mezcla de algas y moluscos que me posibilitaban el beber agua salada y acostumbrarme a la humedad, volví a caer dormido por el cansancio.

“¿Me recuerdas?” me dijo antes de que abriera los ojos y le escuche susurrar “puedo sentir tus latidos y tus fluidos moviéndose por tu cuerpo, técnicamente sé cuando comienzas a despertar” entonces le empecé a decir sobre lo primero que recordaba, que fui con mi padre a la casa de verano, que tenía miedo y me sentía solo, que mi padre nunca pasa tiempo conmigo ni siquiera cuando estamos veraneando y mi madre solamente está ahí para demostrar que la familia no sé va a desmoronar. Una noche escuche unos ruidos en la ventana y me dio bastante miedo, salí de mi cuarto y baje las escaleras, estaba la puerta del jardín interior abierta e iba a cerrarla pero preferí entrar al jardín, tenemos jardineros que se parten la espalda trabajando y nunca vemos su dedicación y obrar, luego escuche un fuerte portazo y varios silbidos, caí dormido. El tritón me observaba atento a lo que decía, se me acerco, me miro y pregunto “¿silbidos cómo éste?” y cuando puso sus labios en forma de silbido caí instantáneamente en sueños.

Soñaba que estaba en la biblioteca de mi casa haciendo una escalera de libros para llegar a uno bien viejo que estaba en lo más alto, la escalera se desmorono y al caer me golpee en la espalda, me quedaba tirado observando el techo hasta que logré despertar.

Ya no estaba tan cansado, los oídos con el agua ya no dolían tanto, al llevarme la mano a mi cabeza comencé a desprender mi pelo, pero no me preocupe, habían pocas antorchas prendidas pero aún así veía con perfección, a mi lado estaba el tritón, se levanto del agua como si levitara y sin ningún esfuerzo, con tristeza comenzó a hablar hacia el muro.

“tenía un hijo, a diferencia de los terrestres los padres tritones tomamos la función de crianza y enseñanza a nuestros hijos, ustedes a lo que llaman maternal nosotros le decimos paternal, siempre fue así, es como gira el mundo.

Una vez al año los tritones debemos cazar un chacal, es un ritual bastante antiguo pero lo practicamos más que nada para mantener las tradiciones, era la primera vez que mi hijo le correspondía tal ritual, teníamos que hacer el arco y las flechas porque fuera del agua los arpones y las lanzas no sirven, estábamos caminando por un prado cansados y con mucha sed, logramos ver un chacal y le demostré a mi hijo mi destreza dándole justo en el corazón, cuando lo íbamos a recoger se escucho una explosión de pólvora que me hizo mirar, era como las que escuchaba cuando era pequeño, explosiones que habíamos prohibido por lo violentas y destructivas.

Entonces mire a mi hijo y estaba en el suelo, estaba muerto, lo intente de tomar pero me temblaban tanto las manos que no podía recogerlo, dicen que los tritones no lloran, claro no lloran porque los ves en el agua, era mi hijo, era lo más hermoso que vi nacer en esta tierra, estaba sin brillo en sus ojos mirando hacia la nada sin ni siquiera percatarse de lo sucedido.

Se me acerco un tipo, era tu padre, tú estabas a su lado, por eso te preguntabas si lo recordabas, eras pequeño y me observaban como si fuera algo aberrante, cuando la verdad si no fuera por la pena les habría demostrado una misma expresión, me trato como animal, me apunto y me dijo que me alejara, tu viste a mi hijo y te largaste a llorar, entendí que no todos los humanos tienen la culpa, pero tu padre me apuntaba y me obligo a marcharme, tome a mi hijo y me lo lleve al mar dejando el chacal ahí tirado.

Vivimos doscientos años, el tenía catorce pero es como si tuviera seis, tú tenias la mirada de tener esa edad. jure venganza, jure matar a toda tu familia, jure destruir todo lo que tenían y sembrar sal, pero no soy como ustedes,  podría matarte ahora mismo, pero a tu padre no le daría mucha importancia, así que prepare medicinas y medicamentos para que te volvieras uno de nosotros.

¿Y sabes qué es lo más hermoso de todo?

El ver que no tienes miedo y que aceptas esto como una bendición, dejando atrás toda esa vida monótona y escrita, puedo ver en tus ojos que toda tu vida has estado solo, que en vez de un suicidio en un jardín, se te dio la oportunidad de nacer de nuevo.”


Entonces me miro a los ojos y se limpio las lágrimas y antes de que pensara en abrir la boca dijo unas últimas palabras.

“Hoy es tu última dosis, si no la consumes volverás a ser humano y volverás a tu casa donde nada raro ha pasado.
Tú eliges.”


Entonces apago las pocas antorchas y podía ver perfectamente todo, me mostró en su mano una píldora envuelta en algas, estaba asustado, sentía que mi corazón iba a explotar, pero mientras  tragaba la píldora sabía que nunca más iba a estar solo.
Un escrito que en parte es soñado y en parte inventado
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